La terapia sistémica es un enfoque psicológico que entiende a la persona como parte de un sistema: su familia, su pareja, su entorno. No se enfoca solo en los síntomas, sino en las dinámicas, creencias y patrones que se repiten dentro de nuestras relaciones y que muchas veces influyen en cómo nos sentimos, pensamos y actuamos.
Este tipo de terapia es muy útil para trabajar ansiedad, depresión, conflictos de pareja, baja autoestima, duelos, problemas familiares o bloqueos emocionales. Ayuda a que la persona tome conciencia de su historia, se coloque en un nuevo lugar dentro de su sistema y construya formas más sanas de vincularse consigo misma y con los demás.